Los accesos venosos centrales consisten en la canalización de venas de grueso calibre para acceder a la circulación venosa.
Un catéter venoso central se puede colocar con fines:
Terapéuticos: el tratamiento con quimioterapia, la nutrición parenteral, administración de derivados sanguíneos, fluidoterapia, hemodiálisis, implantación de marcapasos...
Diagnósticos: la monitorización cardíaca o la obtención de muestras sanguíneas, entre otros.
Principales localizaciones:
Vena subclavia: la que más se emplea debido a la comodidad que aporta al paciente y su bajo riesgo de infecciones.
Vena yugular interna.
Vena yugular externa.
Vena femoral.
Vena axilar.
Venas antecubitales: la basílica interna y la cefálica. En este caso, se denominan catéteres venosos centrales de inserción periférica o PICC.
NOTA: Cuando un extremo del catéter queda fuera del cuerpo (para la administración de medicamentos, por ejemplo), se denomina catéter tunelizado. Si, por el contrario, la totalidad del catéter queda en el interior del cuerpo, se denomina puerto implantado.
El personal enfermero realiza principalmente dos métodos de toma de muestras de heridas: la aspiración percutánea para cultivo y el frotis mediante torunda. También participa en la biopsia tisular ayudando al facultativo.
La toma de cualquiera de las muestras, siempre que sea posible, se realizará antes de iniciar un tratamiento antibiótico.
FROTIS MEDIANTE TORUNDA PARA CULTIVO
Es el método más empleado, especialmente en úlceras. El procedimiento es el siguiente:
1. Identificar e informar al
paciente para obtener su consentimiento informado y su colaboración.
2. Realizar higiene de manos y
colocarse guantes desechables no estériles.
3. Retirar el apósito y los
restos de la cura anterior.
4. Colocarse guantes estériles.
5. Limpiar la herida con suero
fisiológico al 0,9% y rechazar el pus para cultivo.
6. Recoger la muestra del lecho
de la herida con un con un hisopo o torunda, prestando atención en no tomar los bordes. Evitar rozar las zonas
de tejido necrótico, si las hubiese, ya que este puede estar contaminado de
otras bacterias diferentes a las que colonizan la propia herida. De este modo,
se tomará la muestra de la zona con tejido viable que presente signos de
infección. Se valorará si la herida necesita desbridamiento.
7. Introducir la torunda en un
medio de transporte adecuado, estéril y húmedo.
8. Realizar la cura de la herida según esté indicado en cada caso.
9. Tirar el material desechable y realizar higiene de manos.
10. Enviar a laboratorio en las 2
horas posteriores si fuese posible, o si no antes de las 24 horas, manteniendo
la muestra a temperatura ambiente.
ASPIRACIÓN PERCUTÁNEA PARA CULTIVO
Empleado principalmente en heridas ulcerosas.
El procedimiento a seguir es el siguiente:
1. Identificar e informar al paciente para obtener su consentimiento informado y su colaboración.
2. Realizar higiene de manos y colocarse guantes desechables no estériles.
3. Retirar el apósito y los restos de la cura anterior.
4. Colocarse guantes estériles.
5. Limpiar la herida con suero fisiológico al 0,9% y la zona periulceral con antiséptico, que será eliminado 3 minutos después.
6. Administrar anestesia local, si precisa.
7. Preparar la jeringa con entre 1-2 ml de suero fisiológico, que servirá tanto para inyectar si fuese necesario, como como medio de conservación de la muestra.
8. Realizar una punción a través de la piel periulceral íntegra en un ángulo de 45º y aspirar entre 1-5 ml. Si la herida no fuese supurativa, inyectar 0,5 ml de suero fisiológico y a continuación aspirar.
9. Realizar la cura de la herida según esté indicado en cada caso.
10. Tirar el material desechable y realizar higiene de manos.
11. Enviar a laboratorio en las 2 horas posteriores si fuese posible, o si no antes de las 24 horas, manteniendo la muestra a temperatura ambiente.
Matrona es la especialidad enfermera más antigua que existe. Antes de que la figura de la enfermería se distinguiera como tal, ya había registros de la actividad de “parteras”, mujeres que conocían la medicina y que ayudaban a otras en el proceso de dar a luz.
A lo largo del tiempo, los procedimientos y figura de la matrona han cambiado mucho, pero la autonomía que tiene esta especialidad sigue existiendo: el parto, si no hay complicaciones, siempre está coordinado y a cargo de enfermería.
La persona que desenvuelva el rol de matrona en un parto debe saber reconocer factores de riesgo, identificar complicaciones y evaluar la condición del feto y la madre tras el parto. Es importante que haya trabajado con la madre durante el embarazo o que acceda a la historia clínica del obstetra, el médico de cabecera u otra matrona.
El parto es un conjunto de mecanismos que causa unas contracciones continuas y progresivas del útero, provocando una dilatación que permite la salida del feto por el canal del parto. Estos mecanismos comprenden el propio canal del parto, el feto y la fuerza.
La matrona tiene que actuar en sintonía a los signos corporales del parto:
Expulsión del tapón mucoso.
Inicio y evolución de las contracciones.
Ruptura de las membranas del líquido amniótico.
El primer período es el de dilatación. Una vez la embarazada haya ingresado en el hospital, debe medírsele las constantes vitales y antropométricas, realizar un enema y un rasurado del vello púbico (no es completamente necesario, pero ayuda a suturar). Valorar la física cefalocaudal (hidratación, coloración de la piel, órganos y sistemas…).