Las pruebas de imagen sirven para el diagnóstico, tratamiento o la asistencia en intervenciones quirúrgicas. Algunos ejemplos de las más comunes son la radiografía simple, la ecografía, las endoscopias, la resonancia magnética, la tomografía axial computarizada (TAC)...
Pero la importancia de estas pruebas para la enfermería no reside solo en el diagnóstico de la enfermedad; si no que también aportan información útil en la orientación de los cuidados de enfermería, la individualización de estos a cada caso en particular y ayudan en el manejo de la ansiedad del paciente, ya que permiten ofrecer una mayor información acerca de la enfermedad, lo que a su vez, aumentará su colaboración.
Generalmente, el papel de la enfermería en estas pruebas se puede dividir en tres áreas principales de intervención:
Informar al paciente del procedimiento al que va a ser sometido: explicándole en qué consiste, si necesitará anestesia, preguntando sobre posibles temores o ideas preconcebidas, pedir su colaboración...
Preparar correctamente al paciente: esto varía en función de la prueba. Puede requerir una mínima preparación, como en el caso de una radiografía; o bien una preparación más exhaustiva y programada, como para la realización de una colonoscopia.
Cuidados posteriores: si fuesen necesarios. Como vigilar las complicaciones en las endoscopias y colonoscopias, recolocación de sistemas de monitorización, control de vías, ansiedad del paciente o la recuperación del estado de consciencia si se ha empleado sedación; entre otros muchos.
La pulsioximetría es una técnica sencilla y no invasiva para medir la saturación de O2 en la hemoglobina del paciente, pudiendo detectar anomalías (hipoxemia) precozmente. La técnica se realiza con la ayuda de un monitor de pulsioximetría.
El procedimiento empieza asegurándonos de que el paciente no tiene uñas pintadas o manicura de ningún tipo en el dedo que vamos a emplear. Si la tuviera, la retiraremos con un quitaesmaltes. Se puede emplear un sensor adhesivo o de pinza de dedo. Se recomienda el último si estamos haciendo una revisión puntual.
Colocamos el sensor en contacto con la piel, alineando los dos lados. Esperamos diez segundos para la aparición del resultado tras encender el dispositivo.
La impactación fecal o fecalomas son masas de heces acumuladas (sobre todo a nivel del colon distal y del recto) con presentación clínica diversa inclyendo masas abdominales, retención urinaria o megacolon tóxico. Además, estas heces no pueden expulssarse espontáneamente, de modo que se mostrarán endurecidas.
Para la extracción de estas acumulaciones de heces, Enfermeria tiene 2 formas de hacerlo:
El desbridamiento consiste en retirar los tejidos desvitalizados con el objetivo de acelerar el proceso de cicatrización de la herida.
El desbridamiento puede ser de seis tipos: cortante, enzimático, autolítico, osmótico, mecánico o biológico.
A. DESBRIDAMIENTO CORTANTE O QUIRÚRGICO
Desbridamiento que se realiza por planos y en varias consultas, empezando por la zona central hacia los bordes. En el caso de que el procedimiento requiera una manipulación de la fascia o tendones, el encargado de llevarla a cabo será un cirujano.
Está indicado en necrosis secas y profundas, sepsis y celulitis. Las contraindicaciones serán: úlceras tumorales, pacientes inmunodeprimidos, trombocitopenia, anticoagulación, talones con capa necrótica sin signos de infección.
Es el método más rápido de desbridamiento para eliminar el tejido necrótico, pero también el que presenta un alto riesgo de sangrado, por lo que deben extremarse las medidas de asepsia.
Procedimiento
1. Identificar e informar al
paciente para obtener su consentimiento y su colaboración.
2. Realizar higiene de manos y
colocarse guantes desechables no estériles.
3. Retirar el apósito y los
restos de la cura anterior.
4. Preparar un campo estéril y colocarse guantes estériles.
5. Limpiar la herida con suero fisiológico y antiséptico.
6. Aplicar anestesia local si se considera que la técnica puede ser dolorosa.
7. Retirar el tejido desvitalizado con ayuda de unas pintas y un bisturí, desde la zona central hacia los bordes, hasta encontrar tejido sano.
8. Limpiar con antiséptico y retirar los restos del mismo con suero fisiológico.
9. Aplicar el apósito indicado según las características de la herida.
10. Tirar el material desechable y
realizar higiene de manos.
11. Registrar el procedimiento, las características de la herida, la respuesta del paciente y las posibles complicaciones.
B. DESBRIDAMIENTO ENZIMÁTICO O QUÍMICO
Consiste en la aplicación local de enzimas proteolíticas exógenas como colagenasa y proteasa, estreptodornasa y estreptoquinasa, o fibrinolisina. Estas enzimas actúan degradando la fibrina, el colágeno desnaturalizado y la elastina, produciendo hidrólisis del tejido necrótico y reblandeciendo la capa necrótica.
Es importante tener en cuenta que estas enzimas no son selectivas, por lo que destruyen el tejido en el que son aplicados rompiendo los puentes de colágeno.
Está indicado en úlceras con tejido necrótico o como complemento al desbridamiento quirúrgico. Por el contrario, está contraindicado en presencia de celulitis o sepsis, así como en heridas en fases de granulación.
Procedimiento
1. Identificar e informar al paciente para obtener su consentimiento y su colaboración.
2. Realizar higiene de manos y colocarse guantes desechables no estériles.
3. Retirar el apósito y los restos de la cura anterior.
4. Limpiar la herida con suero fisiológico al 0,9%, teniendo en consideración que las enzimas no se deben mezclar con yodo, antisépticos, plata o jabones.
5. Colocarse guantes estériles, y realizar cortes en la capa necrótica con ayuda de unas pintas y un bisturí, antes de aplicar la pomada enzimática.
6. Aplicar una capa fina de 2 mm de espesor aproximadamente, sin sobrepasar los bordes de la úlcera para no dañar el tejido circundante.
7. Cubrir con una gasa húmeda en suero fisiológico al 0,9% y un apósito.
8. Realizar la cura cada 24 horas.
9. Tirar el material desechable y realizar higiene de manos.
10. Registrar el procedimiento, las características de la herida, la respuesta del paciente y las posibles complicaciones.