sábado, 28 de noviembre de 2020

CONSTANTES VITALES (II): Frecuencia respiratoria y Temperatura

FRECUENCIA RESPIRATORIA.

La respiración es el intercambio de oxígeno y de dióxido de carbono entre la atmósfera y las células del organismo humano. Su objetivo es proveer oxígeno a los tejidos y eliminar dióxido de carbono. Tiene dos fases:

  • Inspiración.
  • Espiración. 

Sirve para valorar la frecuencia y tipo de respiración para informar de la ventilación pulmonar.  Los valores normales en el adulto, y los que observaremos cuando estemos valorando la respiración son: 

  • Frecuencia: 12-16 rpm.
  • Ritmo:  rítmica o arrítmica; relación inspiración/espiración.
  • Volumen (profundidad): 500ml.
  • Carácter: silenciosa (sin ruidos) y sin esfuerzo.

En esta técnica es muy importante no informar al paciente, porque si lo hacemos, su respiración no va a seguir un patrón normal. Hay que hacerlo en un momento tranquilo, que podamos revalorar en otras ocasiones de la misma manera.


TEMPERATURA

Es el grado de calor del organismo y refleja el equilibrio entre la producción y la pérdida de calor, se mide en grados centígrados (ºC). Las células de nuestro organismo funcionan y viven en unos límites de temperatura entre 34 y 42ºC. Hay dos tipos de temperatura:

  • Interna: se mantiene relativamente constante: 37oC.
  • Externa: oscila de acuerdo con los cambios térmicos ambientales.

Para medirla emplearemos el termómetro clínico de vidrio, mercurio, galio… o un termómetro de infrarrojos, que no requiere contacto.

Normalmente, cuando empleamos el termómetro de vidrio, medimos la temperatura axilar. Es importante revisar el estado de la axila antes de proceder y calibrar el termómetro (si es de bario) a 35ºC antes y después de utilizarlo. Se deja en la axila 10 minutos o hasta que suene la señal, si es que la tiene.

Por otro lado está la técnica del termómetro de infrarrojos. Este semeja a una pistola. Se colocará siguiendo las indicaciones del fabricante, apuntando a la cabeza y manteniendo el aparato quieto hasta oír la señal. Se registra en la gráfica con color rojo.


VIAS ADMINISTRACIÓN DE MEDICACIÓN (III)

 VÍA RECTAL Y VAGINAL

Vía rectal: administración segura y eficaz de los medicamentos por el recto con fines terapéuticos, preventivos o diagnósticos.

  • El recto es el segmento terminal del tubo digestivo (15-19 cm) y tiene una estructura que consta de una capa serosa peritoneal, una túnica muscular, una capa submucosa (irrigada por el plexo venoso hemorroidal) y una capa o túnica mucosa.
  • Absorción: rápida y se realiza a través del plexo hemorroidal, lo cual evita en parte el paso por el hígado, antes de incorporarse a la circulación sistémica.
  • Fármacos: supositorios (introducir con la punta hacia afuera), pomadas con aplicador (cánula) y enemas (en estos últimos se aconseja lubricar antes). En cualquier caso el fármaco debe entrar unos 5cm en el recto a través del ano. Si el paciente es un niño se le debe apretar las nalgas unos instantes para que no pueda expulsarlo antes de que se absorba bien el principio activo.
  • Esta vía se usa si:
    • El paciente es incapaz de ingerir la medicación por vía oral.
    • Los medicamentos irritan la mucosa gástrica o son destruidos por las enzimas digestivas.
    • Los medicamentos no son tolerables por la vía oral por su sabor u olor.

Vía vaginal: es la aplicación de medicación para tratar afecciones locales en el aparato genital.

  • Tecnica 
    1. Higiene de manos
    2. Cargar el aplicador con la medicación
    3. Ponerse los guantes
    4. Examinar el perineo del paciente en busca de alguna lesión o reacción local
    5.  Separar los labios mayores e introducir suavemente el aplicador en la vagina angulándolo ligeramente hacia el sacro. Empujar el émbolo para instilar la medicación
    6. Retirar el aplicador
    7. Colocar una compresa ginecologica.
    8.  Indicar al paciente que permanezca en reposo una media hora.
            El tratamiento no debe interrumpirse durante la menstruación.
  • Fármacos: los tenemos en 2 presentaciones diferentes:
    • Los óvulos.
    • Los medicamentos con aplicador
  • Posición correctadecúbito supino o posición ginecológica (esta posición debe mantenerse unos minutos después de la aplicación para facilitar la absorción del fármaco).

COLOCACIÓN DE CATÉTER ARTERIAL

Catéter arterial en arteria radial
Este dispositivo se coloca en el torrente de una arteria con la finalidad de monitorizar la presión arterial. También se puede emplear para la toma de muestras sanguíneas o para la medición de las presiones de los gases en sangre.

En la mayoría de los casos se inserta en la arteria radial, pero también se puede hacer en la arteria axilar o la arteria femoral si las condiciones cardiovasculares del paciente lo requieren.

Procedimiento:

  1. Pedir al paciente que coloque la mano en posición supina.
  2. Desinfecta la zona de inserción del catéter.
  3. Palpar el pulso arterial 1-2cm por encima de la zona de inserción.
  4. Inyectar anestésico local (lidocaína 1%) para evitar el dolor durante la introducción del catéter.
  5. Localizar la arteria radial en su punto más distal e introducir la aguja con un ángulo de 30º-45º.
  6. Una vez introducido el catéter, observar si se obtiene flujo sanguíneo pulsátil y continuar avanzando con un ángulo de introducción menor (de 10º-15º).
  7. Retirar aguja del catéter ejerciendo presión sobre la zona de inserción para no extraer todo el sistema accidentalmente.
  8. Fijar el catéter a la piel:  mediante apósito adhesivo o con puntos de suturar si se considera necesario.
  9. Conectar catéter al equipo de monitorización para comenzar a recibir medidas de la presión arterial.
  10. También se recomienda una luz adicional a través de la cual circule suero de forma continua para impedir la formación de coágulos en la vía.

NOTA: Es importante comprobar que las vías arteriales adyacentes a la de inserción cuentan con circulación sanguínea, ya que de no ser así, si colocamos el catéter podemos llegar a obstruir la circulación y provocar isquemia en el miembro. Este procedimiento se denomina Test de Allen (valoración de la circulación colateral).

CUIDADO DE LAS QUEMADURAS

Las quemaduras son lesiones físicas de la piel producidas por la acción de agentes físicos y/o químicos ,con profundidad y extensión variable, por lo que pueden involucrar otros tejidos en función de su gravedad. 

De este modo, el tratamiento local será determinado en función del gravedad, localización y extensión de la lesión, por lo que los cuidados estarán determinados por el grado de la quemadura, habiendo consideraciones específicas en cada uno de ellos. 

https://www.mdsaude.com/es/dermatologia-es/quemaduras/

A. QUEMADURAS DE PRIMER GRADO

Son aquellas quemaduras que afectan a la dermis. 

Procedimiento

1. Identificar e informar al paciente, resolver dudas y solicitar su colaboración. Colocar al paciente en la posición adecuada según la localización de la quemadura. 

2. Realizar higiene de manos y colocarse guantes estériles.

3. Enfriar la quemadura con agua a temperatura ambiente inmediatamente tras la producción de la lesión, ya que una vez transcurridos 5 minutos esta medida carecerá de efecto. Si se realiza en el momento de la quemadura, disminuirá el dolor y el edema, evitando que la lesión aumente de tamaño y profundidad. Es importante tener en cuenta que nunca se debe aplicar hielo

4. Secar sin frotar, y aplicar crema hidratante que contenga urea, aloe vera u otros compuestos que favorezcan la cura. Se puede aplicar las veces que se considere oportuno a lo largo del día, teniendo cuidado de no macerar la piel perilesional. Si es posible, dejar la lesión sin cubrir y evitar el uso de ropa que pueda rozan o comprimir la zona. 

5. Registrar el procedimiento, estado de la quemadura, etc. 

B.1 QUEMADURA DE SEGUNDO GRADO: SUPERFICIALES

Afectan a la epidermis y la capa más externa de la dermis, el papilar.

Cuidados específicos

- Sumergir  la zona inmediatamente en agua fría para evitar el incremento de la profundidad de la lesión y la aparición de ampollas o flictenas.

- Aplicar frío en gel durante las primeras 24-48 horas paras aliviar el dolor y disminuir la inflamación. 

No aplicar pomadas antimicrobianas, excepto que existan signos claros de infección. 

B.2 QUEMADURAS DE SEGUNDO GRADO: PROFUNDAS 

Afectan a la epidermis y dermis completas. 

Procedimiento de las curas

1. Identificar e informar al paciente, resolver dudas y solicitar su colaboración. Colocar al paciente en la posición adecuada según la localización de la quemadura. 

2. Realizar higiene de manos y colocarse guantes estériles.

3. Limpiar con suero fisiológico al 0,9% y secar sin frotar

3. Los primeros días aplicar sulfadiazina argéntica cada 12 horas, tras lo cual aparecerá una capa de esfacelo blanquecina, pasando a aplicar colagenasa e hidrogel realizando las curas cada 24-48 horas. Se empleará un apósito de silicona para minimizar el dolor. Es importante tener en cuenta que los apósitos de plata sólo están indicados en caso de que exista infección. 

4. En caso de presencia de ampollas: desbridar aquellas de gran extensión con eritema importante o contenido oscuro en su interior, por lo que si no presentan signos de infección ni eritema, y el líquido es claro se deberán dejar intactas o bien pinchar y extraer el líquido conservando la piel. Es importante tener en cuenta que si las ampollas están situadas en la palma de la mano o la planta del piel, no deben desbridarse. 

5. Registrar el procedimiento, estado de la quemadura, etc. 

C. QUEMADURAS DE TERCER GRADO

Lesiones que destruyen la epidermis, dermis y anexos cutáneos, alcanzando el tejido subcutáneo, por lo que no es posible la reepitalización ni la regeneración, de modo que precisan de atención especializada, con limpieza, desbridamiento, injertos de piel o reconstrucción funcional. 


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