La gasometría arterial es una prueba diagnóstica que consiste en medir la cantidad de O2 y de CO2 que tenemos en sangre. También puede indicar el pH de la sangre, para determinar cuán ácida es.
Se realiza para diagnosticar, estudiar la gravedad de una enfermedad o hacer un seguimiento de las misma. Cualquier enfermedad que afecte al intercambio de gases va a beneficiarse de la gasometría arterial.
Suele ser solicitada cuando hay sospechas de alteraciones respiratorias y en pacientes que requieren oxigenoterapia, con fin de valorar su evolución y resultados.
Procedimiento: Se recoge sangre de una arteria:
Arteria radial en la muñeca.
Arteria femoral en la ingle.
Arteria braquial en el brazo.
Antes de retirar la sangre, se evalúa la circulación periférica (pulso, frecuencia, ritmo, intensidad). Se realiza higiene de manos y limpieza adecuada de la zona de punción. Cuando se haya hecho, se introducirá la aguja a 45º en la zona escogida. La sangre que pasa por una arteria tiene mucha más fuerza que la de una vena, por lo que no tendremos que manipular la jeringa, ya que la sangre subirá sola según el corazón la bombee.
Debemos recordar que esta técnica suele causarle dolor a los pacientes, por lo que les informaremos de esto, y procederemos con cuidado y atendiendo a sus reacciones para evitarles más molestias.
Cuando tengamos la muestra, retiramos la aguja y presionamos la zona de punción con una gasa unos minutos. La muestra se envía al laboratorio para ser analizada.
Vídeo del prodecimiento: https://www.youtube.com/watch?v=2L7YAlnoYDo
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