En cantidades elevadas o inadecuadas, el oxígeno puede dar lugar a reacciones adversas; por lo que se deberá administrar la menor cantidad necesaria para conseguir el efecto deseado y siempre bajo prescripción médica.
Esta terapia se debe de aplicar cuando la saturación de oxígeno del paciente sea menor al 94%; aunque existen excepciones como el envenenamiento por monóxido de carbono o un neumotórax, en las cuales se deberá iniciar antes.
Ademas, está indicada en pacientes con hipoxemia (disminución de la presión arterial de oxígeno, PaO2) o que se encuentre en una situación aguda que previsiblemente derivará en hipoxemia (como puede ser un traumatismo grave, IAM o ciertas intervenciones quirúrgicas).
NOTA: La oxigenoterapia puede resultar ineficaz si el paciente tiene alteraciones circulatorias o sufre anemia.
Preparación previa
Material:
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