El personal enfermero realiza principalmente dos métodos de toma de muestras de heridas: la aspiración percutánea para cultivo y el frotis mediante torunda. También participa en la biopsia tisular ayudando al facultativo.
La toma de cualquiera de las muestras, siempre que sea posible, se realizará antes de iniciar un tratamiento antibiótico.
FROTIS MEDIANTE TORUNDA PARA CULTIVO
Es el método más empleado, especialmente en úlceras. El procedimiento es el siguiente:
1. Identificar e informar al
paciente para obtener su consentimiento informado y su colaboración.
2. Realizar higiene de manos y
colocarse guantes desechables no estériles.
3. Retirar el apósito y los
restos de la cura anterior.
4. Colocarse guantes estériles.
5. Limpiar la herida con suero
fisiológico al 0,9% y rechazar el pus para cultivo.
6. Recoger la muestra del lecho
de la herida con un con un hisopo o torunda, prestando atención en no tomar los bordes. Evitar rozar las zonas
de tejido necrótico, si las hubiese, ya que este puede estar contaminado de
otras bacterias diferentes a las que colonizan la propia herida. De este modo,
se tomará la muestra de la zona con tejido viable que presente signos de
infección. Se valorará si la herida necesita desbridamiento.
7. Introducir la torunda en un
medio de transporte adecuado, estéril y húmedo.
8. Realizar la cura de la herida según esté indicado en cada caso.
9. Tirar el material desechable y realizar higiene de manos.
10. Enviar a laboratorio en las 2
horas posteriores si fuese posible, o si no antes de las 24 horas, manteniendo
la muestra a temperatura ambiente.
ASPIRACIÓN PERCUTÁNEA PARA CULTIVO
Empleado principalmente en heridas ulcerosas.
El procedimiento a seguir es el siguiente:
1. Identificar e informar al paciente para obtener su consentimiento informado y su colaboración.
2. Realizar higiene de manos y colocarse guantes desechables no estériles.
3. Retirar el apósito y los restos de la cura anterior.
4. Colocarse guantes estériles.
5. Limpiar la herida con suero fisiológico al 0,9% y la zona periulceral con antiséptico, que será eliminado 3 minutos después.
6. Administrar anestesia local, si precisa.
7. Preparar la jeringa con entre 1-2 ml de suero fisiológico, que servirá tanto para inyectar si fuese necesario, como como medio de conservación de la muestra.
8. Realizar una punción a través de la piel periulceral íntegra en un ángulo de 45º y aspirar entre 1-5 ml. Si la herida no fuese supurativa, inyectar 0,5 ml de suero fisiológico y a continuación aspirar.
9. Realizar la cura de la herida según esté indicado en cada caso.
10. Tirar el material desechable y realizar higiene de manos.
11. Enviar a laboratorio en las 2 horas posteriores si fuese posible, o si no antes de las 24 horas, manteniendo la muestra a temperatura ambiente.
Matrona es la especialidad enfermera más antigua que existe. Antes de que la figura de la enfermería se distinguiera como tal, ya había registros de la actividad de “parteras”, mujeres que conocían la medicina y que ayudaban a otras en el proceso de dar a luz.
A lo largo del tiempo, los procedimientos y figura de la matrona han cambiado mucho, pero la autonomía que tiene esta especialidad sigue existiendo: el parto, si no hay complicaciones, siempre está coordinado y a cargo de enfermería.
La persona que desenvuelva el rol de matrona en un parto debe saber reconocer factores de riesgo, identificar complicaciones y evaluar la condición del feto y la madre tras el parto. Es importante que haya trabajado con la madre durante el embarazo o que acceda a la historia clínica del obstetra, el médico de cabecera u otra matrona.
El parto es un conjunto de mecanismos que causa unas contracciones continuas y progresivas del útero, provocando una dilatación que permite la salida del feto por el canal del parto. Estos mecanismos comprenden el propio canal del parto, el feto y la fuerza.
La matrona tiene que actuar en sintonía a los signos corporales del parto:
Expulsión del tapón mucoso.
Inicio y evolución de las contracciones.
Ruptura de las membranas del líquido amniótico.
El primer período es el de dilatación. Una vez la embarazada haya ingresado en el hospital, debe medírsele las constantes vitales y antropométricas, realizar un enema y un rasurado del vello púbico (no es completamente necesario, pero ayuda a suturar). Valorar la física cefalocaudal (hidratación, coloración de la piel, órganos y sistemas…).
El personal sanitario debe crear un ambiente de tranquilidad y confianza en el que poder expresar dudas o inquietudes; comprenderla y responder a esas dudas. Se recomienda que alguien de confianza acompañe a la mujer durante todo el proceso, para intentar mantener un cierto nivel de tranquilidad.
En esta fase se producen las contracciones. Debemos dejar constancia de la hora de inicio, frecuencia, duración, intensidad, modificaciones cervicales… y preparar a la paciente para la administración de medicamentos, ayudarla a respirar y relajarse, a encontrar posiciones cómodas.
La siguiente fase es la expulsión. Aquí se preparará el área y material para el parto y se acomodará a la mujer en posición ginecológica. Tras hacer limpieza de la zona, se enseña a la madre a respirar y empujar correctamente. Administraremos oxitocina y ayudaremos a la madre en el proceso de expulsión.
Cuando el bebé haya salido por completo, se le dejará sostenerlo junto con una manta y rápidamente se llevará a un lavado. Se le pinza y corta el cordón umbilical y se le hacen las pruebas antropométricas, toman huellas, signos vitales, profilaxis oftálmica y vitamina K… y se lo traslada de nuevo con la madre.
Es importante hacer una valoración continua que mida: signos vitales cada 4 horas, monitorización de la FCF, movimientos fetales, reevaluación de las condiciones físicas y psicológicas; además de identificar posibles riesgos y complicaciones y actuar en consecuencia.
Ya por último, está la fase de alumbramiento, donde se retira la placenta cuando esta se desprenda, comprobando que hay salido íntegramente, reevaluando a la paciente cada 15 minutos. Revisar en búsqueda de hemorragias, extraer coágulos y dar suturas. Informar a la madre sobre lactancia materna, ayudarla a la primera lactancia si así lo desea. Educación sanitaria sobre el cuidado de las heridas postparto y asegurar la primera micción.
El objetivo de esta técnica es
suplir la ventilación y oxigenación espontánea del paciente. Para ello se
emplea un resucitador manual, comúnmente conocido como ambú, mediante el cual
se proporciona una ventilación con presión positiva en aquellos pacientes que o
bien no respiran o tienen grandes dificultades para hacerlo, por lo que es un
dispositivo que forma parte de los equipos de emergencias.
Está compuesto por una
mascarilla, un balón auto-hinchable, bolsa reservorio, toma de oxígeno, y una
válvula unidireccional que mantiene la presión positiva.
PROCEDIMIENTO
Las pautas a seguir serán las siguientes:
1. Realizar higiene de manos, si la situación del paciente lo permite.
2. Preparar el material necesario, y colocarse los guantes siempre que sea posible.
3. Explicar el procedimiento al paciente, aunque parezca que este no esté alerta, colocarlo en decúbito supino y retirarle las prótesis dentales si las hubiese. Aspirar secreciones si fuese necesario.
4. Situarse por detrás de la cabeza del paciente.
5. Conectar la mascarilla al balón resucitador y éste a la fuente de oxígeno, a 10-15 l/min.
6. Sellar la mascarilla a la cara del paciente, abarcando boca y nariz.
7. Mantener la cabeza enhiperextensión traccionando de la mandíbula hacia arriba y hacia atrás con los dedos de la misma mano. Será importante tener en cuenta que en pacientes pediátricos la hiperextensión será nula o menor, ya que se podría cerrar la vía aérea por las propias características anatómicas. Evitar la hiperextensión en paciente con lesión cervical.
8. Sujetar la parte nasal de la mascarilla con el pulgar y la parte mentoniana con el índice de la mano dominante.
9. Ventilar con el ambú mediante compresiones del balón suaves pero firmes.
10. Comprobar que el tórax se eleva con cada insuflación. Si no es así, verificar la correcta colocación de la mascarilla o la permeabilidad de la vía aérea.
11. Registrar en la documentación de enfermería: procedimiento, motivo, fecha y hora, incidencias y respuesta del paciente.
En el vídeo que se muestra a continuación podemos ver una muestra práctica de este procedimiento:
Un aspecto a tener en cuenta durante todo el proceso será la vigilancia de la aparición de vómitos, pues existe riesgo de broncoaspiración. Por ello, se debe tener siempre preparado el equipo de aspiración.
La diálisis es la técnica terapéutica que pretende sustituir parcial o totalmente la función renal, que es la eliminación de los productos de desecho de la sangre, cuando esta está comprometida como consecuencia de diversas patologías renales. Durante este proceso también se monitoriza la presión arterial del paciente y se controlan las posibles elevaciones de su valor.
Principalmente, existen dos variantes de este tratamiento:
La hemodiálisis, en la cual la eliminación de las toxinas de la sangre se realiza gracias a un filtro "artificial" denominado dializador que se ubica en el exterior del organismo. A través de este filtro circula la sangre del paciente y un líquido que se denomina dializado, este líquido se encarga de arrastrar las sustancias de desecho que pasan a través del filtro y, además, elimina el exceso de agua y sal del paciente.
Para que la sangre fluya hacia el sistema externo se debe crear un acceso venoso en un miembro superior del paciente que consiste en la formación de una fístula arterio venosa por la que fluyan, al menos, 250ml/minuto; este procedimiento es tarea del médico cirujano.
Esta terapia se realiza tres veces por semana en sesiones de 4 horas.
La diálisis peritoneal, que consiste en la eliminación de los desechos de la sangre utilizando como filtro "natural" la membrana peritoneal; en la cual se introduce el líquido de diálisis de forma constante (con renovaciones) para que se lleve a cabo el proceso de filtrado.
El líquido debe ser renovado durante el día durante al menos cuatro veces; o bien, introducido de forma automática durante la noche, situación en la cual una máquina cicladora automatiza el ingreso y salida de este.
Por lo tanto, la principal diferencia de estas técnicas está en que la hemodiálisis se realiza en un sistema situado en el exterior del cuerpo, mientras que en la diálisis la sangre se depura dentro del organismo. En ciertos casos, puede alternarse el uso de una o otra técnica, o bien acordar con el paciente el uso de la que más se adapte a su situación y preferencias.